domingo, 17 de octubre de 2010

Vuelo de hormigas

El pasado día 11 de octubre tuve la oportunidad de disfrutar un magnífico espectáculo natural, que me fué ofrecido gratuitamente desde el porche de mi casa. Son estas pequeñas cosas que ocurren a diario en la naturaleza, que tras su aparente simpleza ocultan maravillas y misterios no resueltos por el conocimiento humano, y que permanecen invisibles para la mayoría de las personas que carecen de un momento para la observación.




El día era soleado. La tierra estaba húmeda, y las hormigas aprovechaban para abrir numerosas bocas en los hormigueros por donde se secaba la humedad del interior de la colonia. Había llovido dos días atrás, y la temperatura ambiente rondaba los veinte grados al mediodía. Los aviones y golondrinas ya se fueron, por lo que se perdieron la fiesta, de la que seguro hubieran disfrutado. No había apenas viento: las condiciones eran las óptimas para el espectáculo que se desarrolló ante mis ojos en pocas horas.




De pronto, obedeciendo las silenciosas órdenes del instinto y de la comunidad, y siguiendo el comportamiento aprendido a lo largo de cientos de generaciones y memorizado en sus genes, empiezan a surgir decenas, cientos y miles de hormigas aladas de todos los hormigueros de la misma especie de la zona.

Salen apresuradas más hembras que machos, primero de una en una, tanteando cada paso, y luego en tropel, aguijoneadas por las obreras y algunos soldados que vigilan y organizan la salida tanteándolas con sus antenas e incluso con sus mandíbulas. En cuanto pueden, se alejan rápidamente de la boca del hormiguero en cuyo interior han vivido todo el tiempo, y al cual no regresarán jamás. Ha comenzado una carrera mortal, en donde casi todas morirán.

Macho alado

Hembra alada



Se mueven con torpeza pero algunas enseguida intentan volar. Al principio agitan brevemente pero con fuerza las alas, consiguiendo un pequeño saltito que las hace caer de lado. Sin inmutarse lo intentan una y otra vez. Pero la mayoría emprende una loca carrera, asediadas por todo tipo de cazadores mortales: arañas, avispas y otras hormigas de diferentes e incluso de su mismo hormiguero las cazan sin compasión y se dan un enorme festin con sus rechonchos y brillantes cuerpos.

Algunas pierden las alas al poco, antes de comenzar a volar. Acompañan a sus hermanas aladas en una loca carrera hacia la muerte, sin poder llegar a elevarse para intentar la supervivencia de sus genes.

Muchas suben por la pared de mi casa, caminando apresuradamente y sin parar siempre hacia arriba, hasta el tejado en donde consiguen finalmente elevar el vuelo. Este es el definitivo, el único vuelo que realizarán. Se elevan a una altura de unos veinte o treinta metros, y vuelan desordenadamente en una formación abierta, que brilla al sol de contraluz como una miríada de copos luminosos.





Se observan numerosas hebras como rayos de luz, probablemente de arañas que vuelan agarradas a su propia liana, que se encienden súbitamente a contraluz como flashes rodeando el sol y adornando el espectáculo.

Solamente algunas de las hembras serán fecundadas, y de ellas solo una pequeña parte, en realidad una ínfima parte del total, lograron encontrar una grieta en donde refugiarse, ya sin sus alas, para en la oscuridad, gestar e incubar sus primeros huevos, las que serán sus primeras y obedientes hijas.

Tras unas horas, el espectáculo ha terminado. Los cadáveres repartidos por todas partes dan testimonio de lo que ha ocurrido. Pero por poco tiempo: son bocados apetitosos para muchos carroñeros que continúan la fiesta en su parte más sabrosa.




Más fotos:
(Todas las fotos se amplían clicando sobre ellas)








Algunas preguntas para las que no tengo respuesta:
  • ¿Cómo logran sincronizar su salida las aladas de muchos hormigueros de la misma especie?
  • ¿Tiene algo que ver la concentración de hebras de arácnido con el enjambrazón de hormigas?
  • ¿De qué especie de hormiga se trata?

2 comentarios:

Miguel dijo...

Sí que es un bonito espectaculo, y que da que pensar.
Supongo que la sincronización se debe a la emisión de un mensaje químico único por la Reina. Las comunicaciones en un hormiguero deben ser tipo broadcast, habiendo individos que no son sensibles a ciertos mensajes (único mecanismo de filtrado, por el que no todas las hormigas hacen siempre lo mismo).
Como individuos, creo que las hormigas son todas sistemas reactivos, y que la reina va emitiendo mensajes de acuerdo a su programa y tiene una cieta sensibilidad a las condiciones externas, posiblemente comunicadas por el resto de hormigas que sí salen del hormiguero.
P.D.: esto es lo que pasa cuando un ingeniero especula de biología.

Chiara dijo...

Aquí algunas respuestas a las preguntas:
En primer lugar, las hormigas aladas son las futuras reinas y los machos que se aparean una única vez en el aire forzosamente, y el macho luego muere. La reina se desprende de sus alas una vez fecundada... La reina no emite ningún mensaje, la orden de despegue, en realidad las dan las hormigas obreras. Si algún macho sobrevive al apareamiento, las obreras se encargan de matarlo. Tal es el ciclo... En efecto las hormigas se comunican mediante mensajes químicos, el olor, que es distinto en cada especie, y cada una está programada para hacer un trabajo específico, sin embargo, no reciben órdenes de nadie, sino que ellas mismas se organizan, como si estuvieran genéticamente programadas. En cualquier caso puedes encontrar algunos documentales muy interesantes sobre hormigas en internet... Espero que los disfrutes